El mundo del deporte y la cultura está de luto. Hace unos minutos me han comunicado el fallecimiento de Tomás Gisbert, compañero y amigo. Ha muerto solo, en su casa, víctima de una enfermedad que le fue consumiendo gradualmente, aunque ninguno esperábamos que el fatal desenlace se produjera tan pronto.
Tomás estuvo ayer en El Collao, cubriendo para el diario Ciudad el encuentro Alcoyano-Sabadell. Se situó en la cabina de al lado, como siempre. Por sus gestos deduje que no le estaba gustando nada lo que estaba viendo. Después del partido estuvo en la sala de prensa del club, sentado en una esquina de la mesa y luego se dirigió a la redacción de Ciudad para escribir su artículo póstumo: "La falta de público se justifica cada día". Ramón Climent, director de Ciudad, me ha confirmado que estuvo en la redacción del diario hasta las 10 de la noche.
A Tomás le conocí en la décaca de los 80. Compartimos muchas tardes en Radio Alcoy, en la calle
De Tomás aprendí muchas cosas. Quizá la etapa que mejor recuerdo es el programa "Café, Copa y Fútbol" que hacíamos juntos en el pub Garden, a principios de la década de los 90. Con el paso del tiempo él tomó un rumbo y yo otro. Incluso llegamos a ser competencia radiofónica cuando fichó por Antena 3.
En la actualidad manteníamos una relación de lo más cordial. La sabiduría que otorga el paso del tiempo. Es preferible gozar de la amistad mutua a pelearse por una "exclusiva". Sé que me tenía aprecio y que seguía las retransmisiones de los partidos del Alcoyano por Cope Alcoy, desobedeciendo algunas "ordenes".
Tomás descansa en paz. Seguro que estás al lado de tu maestro, Mario Silvestre y que ya estáis tramando la reedición del emblemático Boletín Deportivo.
Pedro Seserino
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